A lo largo de la historia la enfermería ha sido indispensable para mantener la salud; su participación comenzó ante una explosión de enfermedades infecto- contagiosas suscitadas con el hombre de Cro-magnon, período que estuvo marcado por el cambio de vida. La protección, la promoción y la continuación de la vida, fue una labor que recayó en las mujeres y en el sanador. La mujer hacia uso de la naturaleza, como el agua para la higiene, las pieles para el abrigo, las plantas y el aceite para la alimentación y las manos, elemento muy importante de contacto maternal, para transmitir bienestar; sus cuidados se entremezclaba con actividades rituales que con el transcurso del tiempo dieron lugar a diferentes disciplinas. En la sociedad babilónica la lucha contra la enfermedad era responsabilidad de los sacerdotes o escribas, hombres cultos que vivían en los templos y eran mantenidos por el pueblo. Recibían el conocimiento a través de la palabra y se servían de las tablillas como consulta o recordatorio. Estaban también los cirujanos, considerados como clase inferior a los sacerdotes y escribas, éstos actuaban como sanadores realizando técnicas quirúrgicas simples. El cuidador babilónico por su parten era un sirviente doméstico o un esclavo y las parteras o cuidadoras de niños tenían un gran apego a su trabajo. Los hebreos lograron avances en la práctica de la higiene, el saneamiento y la prevención sistemática y organizada de las enfermedades. Para ellos la religión y la medicina estaban combinadas y la responsabilidad de la salud pública recaía en los sacerdotes-médicos, que procedían de la tribu sacerdotal de Leví. Las fuentes históricas de la asistencia a la salud egipcia son los papiros, equivalentes a las tablillas de Mesopotamia. En los papiros se explica la preparación de medicinas, intervenciones, etc. La asistencia sanitaria egipcia fue al mismo tiempo mística y empírica, existían dos grupos que se ocupaban al mismo tiempo de los enfermos, aunque de distintas formas. Por un lado los sacerdotes y por otro los médicos técnicos, cuyos conocimientos fueron muy vastos. En algunas ocasiones ambas prácticas se combinaban para convertirse en una sola. Es probable que los cuidados fueran la principal responsabilidad de la madre o las hijas en la casa; además, los médicos del Antiguo Egipto no practicaban la obstetricia, campo que se dejaba completamente en manos de las parteras. En los documentos históricos de la India se hacen referencias frecuentes a los cuidadores, en la mayoría de los casos varones. No obstante, en situaciones excepcionales eran mujeres ancianas con cualidades como altos principios, habilidad y capacidad de inspirar confianza. En China no se encuentran referencias concretas a la figura del cuidador y posiblemente no existió como tal, debido, por un lado, a la posición inferior de la mujer según la doctrina de Confucio, y por otro, a la creencia de que la enfermedad era producida porque la persona era un ser poseído por espíritus maléficos, temiéndose su propagación a cualquiera que tuviera contacto con el enfermo. En Grecia, los cuidados de la salud eran practicados por diferentes grupos, todos ellos elaboraron un concepto de enfermedad de forma racional, despreciando las
creencias, poderes y saberes sobrenaturales y considerando solamente la intelectualidad. En Roma, los cuidados médicos los prescribía en un principio el PATER FAMILIAE, sustituido posteriormente por el SIERVUS MEDICUS que solía ser griego, por lo que la medicina era considerada una práctica de esclavos y no de personas de condición libre. Las mujeres romanas eran muy independientes y se dedicaban a muchas actividades fuera del hogar, eso si, u papel seguía siendo el cuidado de los niños y la
atención a los partos. A lo largo de todos esos años los cuidadores fueron comunmente personas de bajo nivel, esclavos y sirvientes que siguiendo órdenes y aplicando sus propios conocimientos , lograban recuperar y conservar la salud del paciente; luego conforme paso el tiempo, de una simple labor se convirtió en un oficio con técnicas específicas y finalmente adquirió el nivel de profesión, esto sucedió a partir de la Segunda Guerra Mundial, donde adquirió mayor importancia y relieve. Recientemente la actitud con que se practica la enfermería se ha indentificado con los cinco puntos de la profesionalidad: 1. Organizaciones profesionales. Autor:Ana Belen G.D. |