El 10 de marzo de 2016, un día después del episodio en el que un desconocido insultó a Martha en al campus de la universidad, el secretario de Gobernación, anunció que el gobierno federal "trabaja para combatir y poner fin a la violencia de género en todas sus manifestaciones". Dos días antes, durante el Día Internacional de la Mujer, el presidente Enrique Peña Nieto celebró que "sin duda" el país ha hecho avances "en erradicar la violencia contra las mujeres". En México se cometen alrededor de 600,000 delitos sexuales al año, según la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) en su primer Diagnóstico sobre la atención de la violencia sexual en México, que publicó en marzo de este año. El documento calcula que entre 2010 y 2015 se realizaron dos millones 996 mil de ellos, si se toma en cuenta la cifra negra de denuncias (que alcanza 94.1%). De las víctimas, ocho de cada diez son mujeres. De ese estudio sobresalen dos datos: de ese total de 600,000 crímenes que se calcula se cometen anualmente, las autoridades de procuración de justicia solo integran 20,000 averiguaciones previas. Y de ellas solo en 6,000 (1 por ciento de los casos) se consigna al agresor ante un juez. Entre las personas que figuran como víctimas de delitos sexuales en las averiguaciones previas, ser estudiante es la ocupación más frecuente: 25.6 por ciento de los casos. Por ejemplo, en la UNAM, 49.3 por ciento de las alumnas (34,642 personas) dijo haber sufrido algún tipo de hostigamiento en la universidad, de acuerdo con la encuesta más reciente (2009) que realizó el Programa Universitario de Equidad de Género (PUEG). De ellas 27.1 por ciento dijo haber experimentado "miradas morbosas o gestos molestos"; 22.1 por ciento señaló "frecuentes piropos no deseados acerca de su apariencia"; 2.1 por ciento tuvo que cambiarse de grupo o dar de baja una materia por acoso sexual; y 71 alumnas, 0.2 por ciento, sufrió amenazas y castigos para realizar actos sexuales no deseados. Fuentes: |